Álvaro ha desarrollado su carrera entre el cine, el teatro y la televisión. Trabaja como montador, ayudante de realización y auxiliar de dirección. Ya como guionista, forma parte del equipo de desarrollo de proyectos de Isla Producciones. En 2008 comienza a contar sus propias historias. Desde entonces ha escrito y dirigido cinco cortometrajes (Cincuentabarrasdepan, Zapatos, Aquarius and Cigarettes, Solo. Cortado. Nesquik de fresa y Hannah o Miley), tres piezas de microteatro (Teenager, Carachina y Monocroma) y prepara el estreno en Junio de su primera obra de teatro (LunesMartesMiercolesJueves)
16/ABR/2012
CARLOS Y ANA
Carlos le da tres sorbos seguidos a su coca cola zero. Más de dos sorbos seguidos es una mala señal, piensa Ana. Ana desliza sus dedos sobre los restos de su merienda. Solo unas migas de chips ahoy sobre su plato perfectamente cuadrado de Ikea. Entre los dos, metro y medio de mesa Holmen, y cuatro sillas Lacko . El silencio se apoderó de la casa hace mas de diez interminables minutos. Ana y Carlos piensan en lo que se han dicho el uno al otro. Ana piensa que se acabó. Carlos cree que debe hacer otro par de nespressos. Ana lo intuye y recoge la mesa. El plato de Ikea con restos de chips ahoy, las dos servilletas amarillas de los chinos, las dos tazas recuerdo de sus viajes a Berlín y Budapest, las cucharillas de La fábrica del te y los sobres de azucar gastados que robaron del Starbucks una semana antes. Habilidad de camarera. Ana no tarda ni un minuto en volver. En el sofá, Carlos ya está leyendo la fotogramas. Carlos aparta su mirada durante un segundo de la revista para mirar a Ana. Carlos cree darse cuenta de que todo se ha acabado. Ana mira de arriba abajo a Carlos. Unos pantalones cortos nike, una camiseta de bob esponja y el pelo sucio y alborotado, pidiendo a gritos una buena sesión de Pantene. Ana se da cuenta de que todavía le quiere. Ana y Carlos hacen el amor. Su piel unida por todos lados menos por uno, convenientemente envuelto por un trozo de latex de la última gama de Durex. Ana piensa que deberían haber hablado antes de hacerlo. Carlos cree que deberían hablar después de hacerlo. Carlos y Ana coinciden en que se quieren. Carlos cree que la quiere mal. Ana odia haber dicho muchas cosas. Carlos no eyacula. Se sale de Ana. Ana siente que Carlos no volverá a entrar en ella. Ana rompe a llorar. Carlos le alcanza un Kleenex. Ana lo rechaza. Ana toma la mano de Carlos y se limpia sus lágrimas con ella. Carlos quiere llorar, pero no sabe. Carlos: Te quiero. Ana: Lo siento. Carlos no entiende. Ana se pone sus levis, camiseta zara básica y zapatillas fred perry de hombre. Carlos, desnudo, no acierta a decir nada. Carlos mira a Ana, que se pone de pie y se apoya en Henry, el primer mueble que ambos compraron en el rastro, y al que decidieron poner nombre. Ana oculta sus ojos bajo unas Ray Ban. Marlboro Light en la boca de Carlos. Un silencio de un minuto. Un mechero bic que no funciona. Ana sale de la habitación. Carlos desiste con el cigarro. Ana casi corriendo por el pasillo. Carlos detrás. Ana llega al hall. Carlos detrás. Ana sale del piso. No mira atrás. Sus fred perry de hombre baten las escaleras con fuerza. Carlos desnudo bajo la puerta. Una vecina sale de su casa. Se encuentra con Carlos, completamente desnudo menos por el condón Durex que, inconvenientemente, aún envuelve una parte de su cuerpo. Vecina y Carlos se miran. Vecina quiere decir algo. Está nerviosa. Carlos vuelve a su casa. Vecina muy agitada vuelve a su salón. En el salón de vecina, su marido Eusebio yace muerto en el suelo.